viernes, 15 de febrero de 2013

A usted,


Tengo mal carácter, soy mimada y quisquillosa. También tengo delirios de grandeza, ataques de egocentrismo y muchas veces no existe concordancia entre lo que quiero y lo hago. Sobra decirle que a su vez soy orgullosa, llena prejuicios y altamente voluble, pero si es capaz de amar a esta mujer que le presentó, entonces, podrá con toda certeza acceder mi otra cara, la apasionada. 
Si hay algo de lo que realmente me siento segura es que de una forma u otra sé a ciencia cierta que quiero. Sin embargo el problema de fondo no es si el saber que querer sino que a mi no me gusta querer, me gusta que me quieran, y eso es porque el saberte querido te da seguridad y libertad. Ha de ser por ello que me paso la vida huyéndole a las ataduras y peleándome conmigo misma por ser un ser libre e independiente, un ser sin peso si se le quiere ver. 
Mi amor (filial, fraternal, erótico y romántico) es selectivo. Últimamente te das cuenta que un te quiero rara vez es sincero y un te amo certero es cada vez más escaso, y en mi mundo de quereres son sin lugar a dudas expresiones casi que mitológicas. Pero cuando mi amor quiere, quiere sin lógicas rayando en lo obsesivo. Quiere en términos prácticos poseer, porque es quien posee aquel que tiene el derecho sobre la vida del poseído y es por ello que es el único que se reputa libre. 
Tiene quizás, tintes de miedo implícito. Es posible que quizás dentro de mi afán posesorio se encuentre mi otro yo asustado sabiendo que le gustaría ser víctima y no victimario, y que le gustaría atarse. Si hurgo más adentro de mis pensamientos fluctuantes quizás también llegue a la conclusión de que como todo ciclo de violencia ese quien quiere poseer alguna vez fue poseído, sufriendo en carne viva a un poseedor desalmado como aquel en el que yo misma me he convertido. Porque es quien posee, quien deja en libertad pero quien con eso te ata incluso de forma más permanente. 
Existen amores imborrables, quereres desbocados que jamás encontraron un final. Los hay también ilógicos, incomprendidos y solitarios. Pero puedo afirmar que ninguno marcara para siempre y que la huella de un patrón anterior puede borrarse cuando se acepte a uno nuevo. Entonces, te das cuenta que lo tuyo no es la libertad y la fluctuación sino en sí el miedo a dejar ir. Porque el alma es irracional, la conciencia es traicionera y el corazón es masoquista. 
Así que en sí advierto, que todos en algún momento fuimos víctimas y que todos en algún momento seremos victimarios, y que es por ello que no existe diferencia más que el ser  violento y ser violentado. Ese es el origen del caos. El origen mismo de la dualidad y la explicación más ordenada que puedo darle a usted sobre mis comportamientos auto destructivos, irracionales y que tanto usted reprocha, se trata de la mitad de mi que le asusta su oscura presencia. Porque debe usted saber, que los seres luminosos tenemos miedo de los agujeros negros. Más sin embargo, si usted me dice ven, yo iré, porque lastimosamente mi alma irracional, mi cerebro traicionero y mi corazón masoquista se han entregado ya a usted, y es mi cuerpo ahora quien le pide lo siguiente: "tómeme entre sus manos". 

1 comentario:

  1. ... : D ... , Buen camino, asi como te das sin garantias, te regalare algo de mi energia ... Bonita y fijate no vayas a perder esa dulzura, prudencia y espontaneidad que muchas mujeres han desecho ya ...

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